El baile de las cañas
Surgió una consigna, jugar con las cañas y se inicia una danza donde los brazos se alargan a través de ellas, cargadas de energía produciendo efectos en nuestro organismo.
Todo se pone en acción, estiramientos, contracciones, flexiones, calor, que hacen emerger imágenes y sensaciones placenteras, otras de incomodidad, algunas de rigidez, de sostén, de apoyo o de bronca.
Danzamos en rítmica armonía, con movimientos en el cual se descubren corrientes de aire suave, que por momentos, con forma vigorosa van entrelazándose en sinfónica melodía.
Miré y me miraron ¿Qué despiertan las miradas con el contacto de cañas?
Surgió una consigna, jugar con las cañas y se inicia una danza donde los brazos se alargan a través de ellas, cargadas de energía produciendo efectos en nuestro organismo.
Todo se pone en acción, estiramientos, contracciones, flexiones, calor, que hacen emerger imágenes y sensaciones placenteras, otras de incomodidad, algunas de rigidez, de sostén, de apoyo o de bronca.
Danzamos en rítmica armonía, con movimientos en el cual se descubren corrientes de aire suave, que por momentos, con forma vigorosa van entrelazándose en sinfónica melodía.
Miré y me miraron ¿Qué despiertan las miradas con el contacto de cañas?
¿Qué se dice en ese encuentro silencioso? ¿A qué se juega?, ¿a evitar el contacto? , ¿a encontrar el punto débil?, ¿a atacar para defenderse?, se juega a liberar los pensamientos para poder sentir, sentir el cansancio del cúmulo de energía que sale se agolpa y se agota dentro de un aliento agitado.
En ese como sí, un telón fue abriéndose para dar lugar al surgimiento de imágenes, que hablaban de dominó, de defensa, de imposición, permitiendo descubrir lo oculto.
Siluetas bellas, armónicas y estéticas van creándose alrededor de un espacio compatido suspendido en el tiempo.
Y luego, los encuentros de los personajes provocaron lo inesperado, lo incierto, un interrogante, irrumpe una pregunta, un reclamo, como todo aquello de lo no resuelto que fuerza a repetir; un hilo conductor les va dando sentido.
Las cañas dan sentido, es un decir, ¡comprométete!, ¡que quieres de mí!, ¡ayúdame!, tengo miedo, ¡compréndeme!
Y así se va avanzando hacia lo más profundo de un tiempo circular, donde vuelven los fantasmas que atrapan, paralizan, asuntan y reclaman.
Se van entretejiéndose, en el laberinto de múltiples sensaciones y emociones, viejas sombras ocultas, guardadas, agazapadas que aparecer en el inesperado encuentro con el otro.
En ese como sí, un telón fue abriéndose para dar lugar al surgimiento de imágenes, que hablaban de dominó, de defensa, de imposición, permitiendo descubrir lo oculto.
Siluetas bellas, armónicas y estéticas van creándose alrededor de un espacio compatido suspendido en el tiempo.
Y luego, los encuentros de los personajes provocaron lo inesperado, lo incierto, un interrogante, irrumpe una pregunta, un reclamo, como todo aquello de lo no resuelto que fuerza a repetir; un hilo conductor les va dando sentido.
Las cañas dan sentido, es un decir, ¡comprométete!, ¡que quieres de mí!, ¡ayúdame!, tengo miedo, ¡compréndeme!
Y así se va avanzando hacia lo más profundo de un tiempo circular, donde vuelven los fantasmas que atrapan, paralizan, asuntan y reclaman.
Se van entretejiéndose, en el laberinto de múltiples sensaciones y emociones, viejas sombras ocultas, guardadas, agazapadas que aparecer en el inesperado encuentro con el otro.
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