sábado, 13 de junio de 2009

DE LA CRONICA DE JESICA

Una vez mas se acerca el sàbado.Llego al encuentro de psicodrama con ese cosquilleo en la panza que me acompaña cada sábado. A pesar de estar transitando el 2 año, esa sensación parece ser una mezcla de ansiedad, miedo, nervios.
Esta clase, como la anterior no estabàmos solos, fernando y Federico habìan presenciado nuestra clase.
Al finalizar la primer parte donde hicimos una introducciòn al texto “Psicodrama, cuando y por que dramatizar”, comenzamos con el caldeamiento.
Registrar que cuerpo tenìamos, que nos pedia, caminar, estirarnos, bostezar, hacer móvil nuestro cuerpo.
Hasta aca era algo conocido, o por lo menos esperado.
Ahora teníamos que dejarnos sorprender por lo que venía, juegos dramáticos, escenas, ¿quien lo sabìa?, lo que sí sabía era que aquello que venia, me iba a permitir estar en contacto y conocer más a mi sombra, y eso me generaba mucha ansiedad.
Recorrimos el salón desde diferentes sentimientos (angustia, ansiedad, trsiteza, alegría, etc) aquellos que noostros eligieramos para trabajar y con los cuales pudieramos conectarnos.
Luego hicimos lo mismo pero contando algo que habíamos hecho ese día, sin dejar de conectarnos con esos sentimientos que nos habitaban en ese momento. Era medio dificil poder recorrer el salón y describir algo que nosotros habiamos hecho, en mi caso se me produjeron lagunas, y hasta el discruso no era el mismo.
Hicimos lo mismo, pero esta vez describiendo algo puntual del salón, memorizar lo que vemos y empezar a caminar. Esto resultó ser un poco mas fácil ya que no se estaba involucrando algo de nosotros.
Ese día habíamos incorporado una nueva técnica de trabajo “La calle imaginaria”.
Esta consiste en recorrer, despacio, de una punta a la otra el salón. Imaginar un lugar, queines estaban ahí, que hacian, imaginar cuales eran los colores, sus olores, los ruidos. Luego llegar a la otra punta y volver en silecnio recordando ese lugar.
Luego haciamos una segunda pasada, pero esta vez teniamos que describir cual era ese lugar, una vez que llegábamos al otro extremo, por algún motivo teníamos que volver y desde ahí empezabamos a desandar el camino interactuando con las personas que se encontraban en ese lugar. La música que nos acompañaba hasta ese moemnto era la caja musical, con lo cual hacía que esa escena fuera aún más intensa.
Terminada esta escena, Fede, Vale y yo retomamos ese lugar imaginario de cada uno, luego volvimos a recorrer ese salòn, ya no como espacio fisico en donde cada uno se refugiaba en ese lugar imaginario, si no como aula.
Es asi como disfrazado de peligro, hostilidad, miedo, fueron apareciendo nuestras sombras. Y es a partir de ahí donde surgen preguntas tales como Pero entonces, si en nuestro imaginario existe el peligro, el dolor, el miedo, la hostilidad, ¿el lugar imaginario existe? Si, pero solo en nuestro imaginario.

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