sábado, 19 de julio de 2008

DE LA CRONICA DE FEDERICO

Después de haber visto los trabajos del resto de mis compañeros, previo a ir al encuentro donde me tocaba a mí, trataba de repasar mi escena, donde si bien en el momento no pude visualizar una persona, ver las escenas de los demás me fue acercando a la mía, por resonancias, identificaciones y multiplicación. Después de eso, solo podía pensar en una persona, una persona que ya no ésta, pero anhelaría encontrarme, una persona que marco mi vida.... Así como ahora me esta costando tanto escribir estas palabras, creí que no era lo indicado trabajarlo en el grupo, no porque no confié en ustedes, sino porque es un grupo principalmente de estudios. De todas maneras, sin ir directamente a ese encuentro particular, se fue dando una escena donde estaba presente esa escena, porque es algo que esta presente en mí, en definitiva no podemos ocultar lo que nos pasa, y demuestra como las cosas están ahí, las queramos ver o no, nos siguen, porque están en nuestro mente, cuerpo y alma...
Me costo, me resistí, me cuesta, lo intento...
Relojes aparecieron en la escena, en la que costaba mantener el “tiempo”, proyectando un futuro, un tiempo donde todo se veia mejor, más tranquilo... surgió investigar acerca de dos tiempos distintos, el tiempo de “Chronos” y “Kayros”, “Chronos es el tiempo del reloj, el tiempo que se mide. Kayros, “el momento justo”, no es el tiempo cuantitativo sino el tiempo cualitativo de la ocasión, la experiencia del momento oportuno. Los pitagóricos lo llamaban la Oportunidad. Todos experimentamos en nuestras vidas la sensación de que llegó el momento adecuado para hacer algo, que estamos maduros, que podemos tomar una decisión determinada... Kayros en general, es un "Momento de claridad" y, en el espacio temporal, es el momentum de la epifanía (según la etimología 'momento milagroso') y de la iluminación; el momento literario de la introspección, y el momento cinematográfico de los instantes antes de la muerte donde "todo pasa", como una película, ante los propios ojos”
Aprender de los tiempos, con el tiempo, tendría que ayudarnos a disfrutarlos más, el tiempo es único, y hay tiempos para aquí y allá, a veces con el ritmo acelerado de la vida cotidiana cuesta pensar en presente, y pensamos, o al menos yo pienso, que mañana todo va a estar mejor, no es que ahora sea malo, sino que puede estar mejor, es algo que me esfuerzo en cambiar, en tratar de pensar en carpe diem, “aprovecha el día, no lo malgastes”, “no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy”, a veces en el pensar en lo construido en el mañana, me olvido de lo lindo que es construir, de lo rico en lo simple y, de lo sabroso en lo sencillo, de esas cosas que dejamos pasar sin darle importancia, pero que forman parte de lo que somos, de lo que nos hace, y de lo que disfrutamos. Creería buscar la felicidad en la completud, una completud que no existe, o mejor dicho, sí existe, pero no como tal idealizada, sin darme cuenta que soy feliz, con los altos y bajos de la vida, con los buenos “tiempos” y los “malos”, con personas que estuvieron, y que ya no están como me gustarían que estén, siguiendo escribiendo... creo que gran parte de mi problema con los tiempos, es el miedo a la muerte, el miedo a que pase “el” tiempo... o se pase “del” tiempo, por este es por el gran amor a la vida...

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